mayo 13, 2010

Benito Juarez: ¿Heroe o Villano?

“El Benito Juárez que se encuentra sobre los pedestales es un mito. Una invención que ha hecho mucho daño.” Artemio Benavides Hinojosa, director del Archivo General del Estado de Nuevo León.Segundo de Una Serie.Lo prometido es deuda. Hoy dedicaremos unas breves líneas para hablar de Don Benito Pablo Juárez García y su biografía, pero como ya lo mencionábamos, las odas y los actos de fe al oaxaqueño los dejaremos para otras personas más dadas en el asunto.En el nuevo ambiente de libertad de expresión que parece que han llegado a nuestro país, se comienzan a escuchar voces que cuestionan el porqué a Juárez siempre se le ha reconocido como un pro-hombre digno de alabanza. Nos han enseñado que él concretó el ideal liberal decimonónico, que es el ejemplo de Indígena reivindicado y que ante todo, fue una figura de valor moral intachable, modelo del político mexicano que pretenda ser honrado y nacionalista.

A todo esto no se puede más que responder con un realista: ¡falso, falso, falso y falso!

Y no solamente se nos ha enseñado que negar estas enseñanzas es participar de la reacción más imperialista y anti mexicana, sino además todo rastro de las demás figuras coetáneas han sido simplemente borradas del mapa histórico. Mientras Don Benito es la prosopopeya del Bien más puro, cualquiera que hubiera sido su enemigo era el peor “vendepatrias” que pudiera existir.Juárez: El liberalismo al servicio del pueblo. Falso.

B.J. sin duda perteneció a la facción liberal de políticos mexicanos del siglo XIX, uno de los más destacados. Pero su visión liberal no era la más pura de las existentes en su época, de hecho, aún y que formara parte activa en la logia masónica yorkina, según el “Ilustre y Poderoso Hermano Ramón Martínez Zaldúa” (como le conocen los masones actualmente) aquella que viniendo desde Estados Unidos traía como ideal el sistema republicano federal, fue Juárez en su visión de “El Estado soy yo” un presidente centralista que despotricó ante sus compañeros liberales que pugnaban por la descentralización del poder, como es el caso del conflicto que tuvo con Don Santiago Vidaurri, gobernador de los estados de Nuevo León y Coahuila en ese entonces.

También se sabe que sus principales proyectos ni siquiera fueron ideas liberales propias, tal sucede con las leyes de reforma que promulgó cuando se encontraba en Veracruz refugiado del asedio del Gral. Miramón:

“En la biografía de Juárez por Zerecero, delicada apología antropolátrica, recomendada por D. Matías Romero, como lo mejor y más completo escrito hasta entonces (1866) revisado y rectificado por el mismo Juárez, se encuentra escrito que “Las Leyes de Reforma, son inspiración de los inmortales Lerdo de Tejada y Ocampo. Estoy, pues, autorizado por el mismo Juárez y por los más notables prelados de su culto para afirmar que las Leyes de Reforma expedidas en Veracruz no fueron del pensamiento del célebre Don Benito”.
Don Antonio Gibaja y Patrón, Comentario Revoluciones Sociales de México

Además que es un hecho generalmente aceptado, esto es totalmente coherente con el pensamiento anticlerical más radical de Ocampo.

También las primeras denuncias de fraude electoral vinieron en su tiempo y de sus compañeros liberales, más aún, a aquellos quienes le pedían que abandonara “La Silla” sin más los acusaba de traidores y mandaba encarcelarlos, como le sucedió a Don Santos Degollado, quien fuera gobernador de Jalisco. No era casualidad que el congreso casi lo destituye en 1861, cuando una moción que pedía su renuncia fue desechada por 52 votos contra 51.

A Juárez también se le reprocha su actitud dictatorial, mostrada en su clímax cuando el 1 de diciembre de 1865 y argumentando “causas de fuerza mayor” declara una “prorroga” en su presidencia, de hecho no pocas veces se le ha cuestionado el que haya extendido su gobierno siempre en uso de poderes “excepcionales”. Al final de cuentas podemos decir que Don Benito fue un liberal, pero para considerarlo un demócrata necesitaría pensarse más de dos veces.

Es este destello de absolutista uno de los rasgos que deben de ser asimilados por la nación para evitar que en aras de un “Espíritu Juarista” algún presidente de la república busque perpetuarse en el poder.

El problema es que a Juárez se le ha hecho todo un mito y al amparo de este mito todo lo juarista se puede justificar y sobre todo por que la reflexión equilibrada de este personaje no ha podido tomar un lugar sensato, tal y como lo reconoce sin empacho el simpaticón de Carlos Monsivais:

“Visto muy de cerca y con un prejuicio tan marcado en su contra, Juárez resiste perfectamente. Sí, fue autoritario (¿podía evitar serlo en sus circunstancias?); sí, se enamoró del poder; sí, fue a la vez riguroso y rígido. Estas características no intervienen a la hora del juicio histórico: es alguien con errores manifiestos pero, además, es Benito Juárez, y el concepto Benito Juárez trasciende con amplitud sus limitaciones.”

El concepto de que un hombre que se exhibe como de alta moral tiene el derecho natural de ser autoritario y enamorado del poder, es uno de los más grandes riesgos para México, mas aún en épocas en donde los partidos políticos se pelean la membresía post-mortem de Benito Pablo y se adoptan como los verdaderos hijos del dios de la república “moderna” , herederos de sus capacidades y de su privilegio para decidir qué es lo bueno y lo malo para la nación, quién es el héroe y quién es el villano.

Este artículo fue publicado el Martes 21 de Marzo del 2006 a las 7:23 pm; categorizado en: Temas Varios.Autor: Felipe.
http://creerenmexico.org/2006/03/bicentenario-benito-juarez/